martes, marzo 01, 2005

El muy bajo comisionado para las víctimas del terrorismo

Corría el mes de Noviembre del nefasto 2004, concretamente en su cuarto día, cuando el Excelentísimo, Magnífico y más que alto, Altísimo Sr. Don Gregorio Peces-Barba Martínez se reunía con Don J.L Carod Rovira en Madrid. Eso sí, pública y abiertamente, no se vaya a pensar mal. Pues sería de mentes ponzoñosas ver que en una simple charla-coloquio sobre "identidad y globalización", hubiera escondida alguna otra malsana intención, sobretodo cuando la charla es en una universidad pública y el foro son las mentes tiernas y todavía inocentes de los estudiantes.

Sin embargo, haciendo uso de la sabiduría popular, hay un refrán castellano que dice: “piensa mal y acertarás”, con lo que uno puede pensar que en un entorno político nada es lo que aparenta ser. Como por ejemplo, que la invitación no se deba a un simple interés académico y de divulgación de la palabra y del conocimiento del señor Rovira en materias de globalización, algo que por otra parte parece contrapuesto a independentismo, si no que, por aquellas fechas había un tema candente en todos los diarios y era el tema de la aprobación de los presupuestos generales del estado por parte del gobierno. Gobierno al que le faltaba mucho apoyo para aprobar “algo” que muchos acataban de irreal.

Por que, puestos a pensar mal: ¿qué pintaba el señor Rovira en Madrid después de su infructuoso baño de multitudes anterior? Lo mismo se reúne con una banda de terroristas en secreto y a espaldas del gobierno, que va a una universidad pública regentada por alguien de sobradamente conocida afinidad con el gobierno, a dar una charla sobre globalización.

Pero algo que nunca tienen en cuenta los políticos es el poder del pueblo; y aunque la conferencia fue pública, el acceso a la misma sin barreras, el tema de la conferencia fuera de lugar y que no se le dio la misma publicidad que si hubiera sido para pedir la independencia de una comunidad en temporada de elecciones, resulta que se presentaron multitud de jóvenes estudiantes ávidos de saber. De saber qué es lo que había pasado en los pirineos, de saber qué es lo que pintaba este señor pacta-tratados con indeseables, en Madrid después de una matanza, y de saber porqué se le invitaba a una conferencia sin sentido y seguida recepción y cena homenaje en dependencia indirecta del gobierno sin haber emitido ni el más indicio de compasión por las víctimas del 11-M.

Así transcurrió la conferencia, entre pancartas pidiendo explicaciones, gritos y no vítores, abucheos, insultos y enajenaciones verbales contra su persona y los acompañantes. El Excelentísimo puesto de pie y con la cara roja, de la ira que no de la vergüenza, pidiendo paz, calma y consenso, quizá también talante, ante una muchedumbre enojada. Parece después de todo, que los estudiantes no sólo salen hasta altas horas de la madrugada, toman pastillas y juegas a la playstation, si no que escuchan, leen y se informan de la actualidad de nuestro país, de su entorno y saben emitir juicios de valor, porque sabían perfectamente a quién o quiénes, tenían delante.

Quizá el lector pueda pensar que tales estudiantes eran un grupo exclusivo, organizado y alentado por algún partido de la oposición para boicotear el evento. Puede ser, o más bien, pudiera haber sido si no es porque exponiendo los siguientes hechos, sacaremos nuestras propias conclusiones.

Es curioso que tal acontecimiento, con un personaje de la magnitud de Carod Rovira se mantuviera casi en secreto, anunciándose en muy pocos sitios, por no decir ninguno excepto en el boletín de noticias de la universidad en cuestión. Curioso también es que ninguno de los efectivos de la prensa nacional o local se hiciera eco de esta noticia. Aún más curioso si cabe es el lugar de convocatoria del acontecimiento, el campus de Colmenarejo, un lugar más bien apartado, a unos cincuenta kilómetros de Madrid, en lugar de realizarlo en algún otro campus más cercano a la capital y por supuesto más concurrido y con mejores infraestructuras, como por ejemplo el campus de Leganés, lugar dicho por otra parte donde se inmolaron los terroristas musulmanes y murió un componente del cuerpo especial de la policía; quizá previendo un torrente de gente pidiendo un linchamiento. Pero ya que estamos con las curiosidades, curioso resulta el tratamiento de la noticia que el propio departamento de prensa de dicha universidad dio del resultado de la conferencia.

La reunión acabó quizá con demasiada premura, pero sin embargo continuó por las calles del pueblo, donde vecinos a los que oficialmente les quedó muy lejos la matanza del 11-M, mostraron una perfecta simpatía con las víctimas y apedrearon, y llenaron de verduras los cristales del coche del Excelentísimo donde se refugió el Sr. Rovira, al cual ni que decir tiene que se le atragantaría la cena posterior, porque ni siquiera acudieron a la residencia de estudiantes donde estaba planificado tal acontecimiento.

Lo que más me sorprende de todo esto, es que ni siquiera hoy; cuatro meses después, haya habido ni una sola mención de lo ocurrido en ningún medio periodístico, y sin embargo ocurrió. Tanto es así, que si atamos cabos entendemos porqué el señor Rovira un mes y poco después de aquel suceso, abogó por la candidatura olímpica de Londres frente a Madrid, y arremetió con su política separatista contra la federación de patinaje, anteponiendo una selección catalana (noticia 1, noticia 2), y es que después de todo dicen que nunca dejamos de ser niños, y el de Carod fue un buen berrinche.

Y para concluir me pregunto; cómo puede alguien que ha mantenido relaciones con un negociador de terroristas, que intenta negociar por separado con las víctimas y con las distintas asociaciones, llegar a ser “Alto comisionado para las víctimas de terrorismo”. Es que acaso es necesario negociar por separado con los distintos grupos las vidas humanas que se perdieron aquel día. Qué es lo que hay que esconder. Cómo se puede confiar en un comisionado para estos asuntos que organiza sesiones con aquellos que pactan con terroristas, y que boicotean los propios intereses de estado. Qué esperaba el señor Rovira, que se le recibiese con los brazos abiertos en una ciudad que ha sufrido una tragedia como aquella, y que solamente nueve meses después se pueda decir “pelillos a la mar y todo olvidado”. Ya se sabe que si juegas con fuego y eres un crío te orinas en la cama y si eres un adulto te quemas. El aniversario del 11-M está muy cerca, veremos el tacto de nuestros representantes políticos en este asunto, porque el fuego está cada vez más alto y si no lo tratan con el debido respeto, estoy seguro de que a más de uno se le quemarán las cejas. Por que, cómo es posible que en un programa de televisión, en concreto siete días siete noches de antena tres, tengamos más información y saquemos más conclusiones sobre los asesinos del 11-M, que de la inútil comisión de investigación. Por cierto, en ese programa reforzó una de mis primeras conclusiones el mismo día del atentado, y es que la policía contaba con suficiente información de lo que iba a ocurrir y quién lo iba a realizar, y no sólo eso, si no que los servicios de inteligencia también, pero eso es otra historia.